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"snif... snif... no valoran la danza", expresa en tono de lloriqueo Rebeca. "Yo si valoro la danza, y te valoro a ti mi reina; las bailarinas son mi debilidad, cariño", le gritó con los ojos y con las visceras a la guerita ojiazul trompita de puchero de la clase de Historia Social y Sociología del Arte, quien ahora protesta con la maestra (que también es su tía) porque la danza no está considerada en nuestro análisis sociológico que haremos de algunas obras artisticas. "Preciosa... Yo podría hacer un análisis profundo y dulicidar todas las teorías socioculturales a partir de verte contorsionando y estirando tus extremidades, enfundada en tus mallas transparentes y zapatillas rosas. Crearía nuevas teorías de la estética a partir de la contemplación con tal de no quedarme con este simple aperitivo que es el verte dando saltitos de puntitas, dejando ver algo de ese caminito que tus jeans apenas cubre ahí donde termina la espalda. "No importa que la maestra se encabrone, tu sigue girando...".
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