20.1.11

3.1.11

... que la vida me permita disfrutar ésto mucho, mucho tiempo, le pedí a la creación frente a las cientos de florecillas amarillas y blancas que la primavera me obsequió así de repente frente a mi balcón, en un terreno baldío. Un pedacito de jardín, de naturaleza pura, en medio de tanta urbanidad y asfalto; de tanto escombro y destrozos como hay en la ciudad. Un ratito en la mañana antes del trajinar de la jornada laboral, me senté así frente a ese trocito de verdor, con los pájaros cantando, con mi gato a un lado, bendecido por la vida y el amor; me sentí tan bien con el viento fresco soplando. Y mi gato igual, silencioso, contemplando alrededor, como lo hace siempre, y entonces comprendí el gran ejemplo que me pone, él disfruta su entorno a su manera, es decir, todo él lo disfruta, sin más ni más, es su tierra, su mundo, la naturaleza a la que pertenece; la tierra que nos estamos acabando y nos responde la agresión.


Hoy las flores y plantas están completamente secas y por todas partes hay basura. Mi gato lo disfruta igual...