Observa hacia allá, ve a una pareja que se avienta un diálogo de rompimiento. Ella a él intenta cortarle el "rollo". El tipo rompe el esquema con un !qué dramáticos somos los dos! Se carcajean largamente, se ahogan casi, se hace un silencio. Rostro aflijido el de él: "... con la diferencia de que para mí sí es doloroso...". Tengo dos botellas de merlot deseosas de ser destapadas. !Chingada madre, muevánse!, no tengo tiempo de andar turisteando, sólo salí a comprar tortillas. Pero qué me puede a mí importar, si caminé plancenteramente con la oscuridad, en el abandono de una madrugada.