la vi sumergida en un precipicio de pensamientos. Por extraño que parezca, no nos preocupaba lo más mínimo cómo iba a acabar la cosa. Si hubiese aparecido algún aguafiestas, no le habríamos dejado indignarse por mucho tiempo. No importa. Sacudiéndose el aturdimiento, se levantó para acercarse. Se oía volar a la mosca
del Ojo
del Ojo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario