14.3.07


Por Las Calles de la Roma


Hasta hoy pude comer, en mi depa, otra cosa que no fueran sopas maruchan, tacos de aguacate o palominas al microondas. Necesitaba un sartén y por fin lo encontré. Aún con el pie doliéndome a todo caso, en el atardecer de la Roma, decidí buscar las opciones que me ofrece el área. Hay de todo, que hasta ahora no he podido aprovechar del todo, dado mis problemas para caminar. La primera melancolía me vino cuando ha dos cuadras de donde vivo, descubrí un spinnug, mi plan era, una vez sin el privilegio de poder usar el gimnasio de la Ibero, dedicarme a hacer bicicleta en mi dos últimos meses de estancia en el D.F., para contrarrestar en algo los volúmenes ganados a fuerza de tantos tacos, garnachas y litros y litros de cervezas consumidos. Pero todo se vino por la borda. En busca de mi sartén, caminé y caminé, de ida y vuelta, y me encontré un Gigante (muy cerca de donde vivo pero que no había advertido porque un Liverpool lo opacaba) en plena avenida Cuauhtémoc y Víaducto. Además del sartén, compré un galletas de fibra, tortillas de harina, agua, atún, chiles, ajos, tomate, papas, granolas y un cuchillido bien chido y filoso que tanto necesitaba, pero que para mi sorpresa a la hora de desembolsar en la casa ya no lo encontré, claro, se lo chingó el cerillo (típico). De regreso al depa, fui reflexionando que no estoy tan en los confines de la colonia Roma como imaginaba, caminando puedo tenerlo todo: Cafés internet, farmacias, panaderías, cantinas, pequeños changarritos donde venden puras verduras, puestos de tacos, tortas y caldos de gallina, fondas de comida corrida a 27 pesos, oxxo (claro no puede faltar uno en ningún rincón), tlapalerías, tiendas de abarrotes donde -aquí se acostumbra- también se vende licor (claro, además de las consabidas cervezas), estéticas (ya necesito un corte de pelo), lavanderías, papelerías, hospitales, y hasta varios consultorios de ortopédicos que tanto necesito ahora; y como lo dije al principio, hasta un Gigante (que no los hay tantos en esta ciudad como podría pensarse). Espero recuperarme pronto para poder caminar por toda la Roma, para visitar a mis amigos bien pedos de la Casa del Poeta, descansar en los parquecitos, caminar por la calle de Orizaba donde seguramente encontraré a Adriana -mi musa chilanguita, adorada, mi delirio-, matar algunos anocheceres en alguna ?cervecería? (vulgo:cantina), atravesar más calles y avenidas, casas nices y vecindades, escuelas y establecimientos, todos sitios donde hasta donde he podido advertir abundan exquisito material femenino: morritas de nalguitas de pants y jeans entallados y desquiciantes pantalones entubados. Hoy cené bien rico, atún guisado con chile cebolla ajo y tomate, con tortillas de harina y delirante aguacate en rebanadas, todo acompañado de una copa de cerveza oscura Indio bien helodia... !Qué bonito es lo bonito!...

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