27.2.07


Invasión tijuanense en Madrid
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Era una noche en Madrid después de un concierto. Terminaba la presentación de Nortec en el espacio cultural "La Casa Encendida" y varias decenas de tijuanenses cruzaban en "fila india" la Gran Vía. La imagen literalmente retrataba la "invasión tijuanera" que durante la primera quincena de febrero vivió la ciudad madrileña. Aunque la Feria de Arte Contemporáneo ARCO 2005 se le dedicó al país de México, fue más que evidente la relevancia de los artistas -y con ello la de la ciudad en sí- de Tijuana, la mitificada. Situación que no pocas veces provocó los celos de los creadores capitalinos. El gran escaparate del arte mexicano, que algunos medios españoles llamaban "la venganza de Moctezuma", ya de por sí toma relevancia tratándose de un contexto donde las condiciones culturales distan mucho de la carencia que el rubro merece en nuestro país. La presencia de Tijuana dentro de esto, simplemente se antoja inaudita y por ello irrepetible. Varias piezas embonaron para que se diera esta masiva representación de la creación tijuanense. Primero, la presencia de Marco Ramírez Erre, de hecho el único artista directamente invitado a ARCO. Luego las actividades paralelas a la feria, como las exposiciones "Tijuana Sessions", "Eco: Arte contemporáneo mexicano" o "Dataspace"; donde Tijuana y los tijuanos fueron los protagonistas, en el primer caso; o en donde los paisanos ocuparon también su merecido lugar entre más creadores del país. Luego la barda de 2 mil metros del proyecto de "La Tercera Nación. Así como las tocadas de Nortec, que aunque agendadas por su cuenta, vinieron a redondear una presentación integral de todas las disciplinas artísticas que se gestan en esta frontera. México estuvo en España; Tijuana estuvo en Madrid; y abundantes horas y páginas en medios impresos y electrónicos dejaron testimonio de ello. Henchidos y orgullosos, se mostraban muchos fronterizos cuando algún español curioso les preguntaba "de dónde vienen", no contestaban con un "de México", sino que respondían: "de Tijuana". Sentíanse pues, más que nunca, contemplados en el mapa mundi, residentes de la "república del arte". Eran días de ensueño.
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El Arte contra los muros
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Antonio Navalón, director del proyecto de la Tercera Nación, presidía la reunión para dar la buena noticia que el "El Arte contra los muros" después de Madrid haría escala en Alemania, precisamente a unos cuantos metros donde antes se erigía el Muro de Berlín. Tan pronto dio la exclusiva como se desmoronó el entusiasmo. En plena feria de ARCO varios artistas con el rostro desencajado le expresaban su indignación por haberse omitido los obligados créditos en el catálogo de participantes, así como ciertas irregularidades del trabajo curatorial a cargo de Norma Iglesias y Marco Granados, y el diseño de Gabriela Rodríguez. Tenso el ambiente y por primera vez desconcertado el accionista del grupo Prisa, veía difuminarse el muro artístico que tantos dolores y dólares le ha costado. Más no perdía la diplomacia y la contundencia: "Qué bueno que esta discusión no la estamos teniendo en el Café Sortilegio de Tijuana o en el CECUT. Se está haciendo en Arco, en Madrid...". Con ello zarandeaba a los escépticos -y ahora inconformes, pero ahí presentes algunos- para darles a entender que finalmente su plan tan polemizado tenía resultados concretos. Más temprano los artistas tijuanenses de visita en Madrid habían sido convocados para tomarse, todos en grupo, una fotografía en sus obras que cubrían el cerco perimetral de la feria ARCO, pero decidieron boicotear el evento y con ello renunciar a la perpetuidad de un momento que jamás se repetirá. El Grito Creativo de la Tercera Nación ahora flota en el limbo. Lo que pudo haber terminado en una gran fiesta terminó en un cóctel de reconsideraciones y esperanzas. Incluso con las lágrimas de algunos artistas de mayor trayectoria reprobando la visceralidad e inmadurez de los noveles creadores. Acepta Navalón que la Tercera Nación tuvo sus errores desde el principio y que si habrá de continuar, tendrá que replantearse no el concepto pero sí la parte operativa; con un séquito nuevo de participantes. Porque pareciera que instituciones oficiales, curadores y artistas involucrados no hicieron posible la congruencia de un proyecto de tan ambiciosas intenciones. Tijuana estuvo en Madrid, sí; pero el viaje fue muy breve. De la experiencia cada artista habrá de capitalizarlo a su manera, de forma individual, porque está visto que al tijuanense no se le da fácil la labor colectiva si no ha de terminar en la confrontación.
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A la conquista de España
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Desde varios frentes Tijuana tuvo presencia en la ciudad de Madrid. Al margen de ARCO, alrededor de 15 espacios públicos y privados tuvieron exposiciones de mexicanos, con importante participación de artistas tijuanenses en algunas de ellas. Y la calle también cedía sus espacios. Empezando por la réplica del bordo, fuera de ARCO, donde las gigantes imágenes fronterizas y el nombre de "Tijuana, la Tercera Nación"; despertaban la curiosidad del transeúnte madrileño a quien lo visto lo mismo le inspiraba una simple intención decorativa que un fenómeno dramático que no conocían del todo pero que lo intuían. En una de las avenidas más concurridas de la capital española, el recinto Alcalá 31, del Ministerio de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, con una llamativa fachada verde eléctrico daba la bienvenida a "Tijuana Sessions". Fue esta muestra, organizada por el Conaculta, la UNAM y varias firmas comerciales, la de mayor representatividad del arte joven tijuanense: Torolab, RadioGlobal, Bulbo, Julio Orozco, Tania Candiani, Jaime Ruiz Otis, Yvonne Venegas, Pepe Mogt; en la que se concentraron básicamente las propuestas visuales que tanto privilegian estos artistas. Mientras que en un recinto casi sagrado como lo es el Museo Reina Sofía, se montó la exposición de "Eco: Arte contemporáneo mexicano", curada por Oswaldo Sánchez, quien logró una muestra muy incluyente, integrando a artistas determinantes de diferentes épocas y tendencias: Francisco Toledo, Gunter Gerszo, Teresa Margulles, Gerardo Suter, Miguel Ventura, Santiago Sierra; y entre todos ellos, nuestro coterráneo Marcos Ramírez "Erre", con una reproducción a escala del Caballo de Troya, obra que se ha vuelto emblemática de este artista y del proyecto InSITE. Por su parte, en el Centro Cultural Conde Duque, se montó "Dataspace", exposición orientada a las nuevas tecnologías aplicadas al arte, en el que entre una decena de participantes mexicanos, destacó la propuesta de la bajacaliforniana Claudia Algara. Privilegiados por una serie de curadores capitalinos que conocen ya bien el quehacer artístico de Tijuana, los artistas locales se incrustaron afortunadamente en este proyecto de inversión descomunal (quizás hasta de derroche, basta ver la gran cantidad de funcionarios del Conaculta y demás instancias federales que se trasladaron hasta España) que no se repetirá. Aunque algunos jóvenes creadores ya han hecho camino propio en su fogueo en el extranjero, el hecho de una representatividad tan fuerte de Tijuana como epicentro artístico será difícil que se vuelva a dar. En los próximos días algunos miembros de la comunidad artística se reunirán para evaluar qué ha les ha dejado esta salida al extranjero (si es que les ha dejado algo) y la forma de capitalizarlo en un contexto en donde tanto instituciones oficiales como la iniciativa privada no garantizan la explotación de esta especie de "boom".

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